Quiénes somos, qué hacemos… ¿y a mí qué me importa?

¿A que ha visto más de una web que sigue el esquema «Quiénes somos», «qué hacemos» y «dónde estamos»? Es una estructura bastante común, fácil de concebir y de implementar. Parece una buena idea, ¿verdad?

Pues no, no lo es. Este tipo de web está hablando de la propia empresa (yo, yo, yo). Y lo que quiere el visitante (un posible cliente) es que le hablen de él, de cómo le van a resolver los problemas que tiene, cómo será más feliz, o cómo ganará más dinero. Le importa un pimiento quién sea la empresa, dónde esté, qué haga o qué filosofía tenga (¿y a mí qué me importa?).

Por supuesto que hay que decirlo: la información sobre la empresa debe estar, porque antes de contactar el cliente puede querer ver quiénes son, y qué recursos tienen. Hay que decir dónde está y cómo contactar, porque puede hacer una visita, mandar una nota o llamar.

Pero esta información es la última que hay que presentar, y sólo si el cliente la quiere ver. Lo que hay que decir, y muy claramente, es qué tiene que ofrecer la empresa, que sea distinto de las demás. Por qué razón el posible cliente debería dedicar unos minutos más a explorar la oferta. Hay que hacerle una promesa, y explicarla en el resto de la web (y luego mantenerla si termina comprando). Y hay que hacerla muy claramente, para que el visitante la entienda en 5-10 segundos, o se largará a otra web que sea más prometedora.

Nada que ver con el «quiénes somos, qué hacemos y dónde estamos».


¿Mi Web en Flash? ¡Ni de broma!

Este es un tema que se ha discutido de manera interminable en infinidad de foros, se ha explicado hasta la saciedad, se han escrito libros sobre el tema (la primera alerta importante sobre los problemas de usabilidad de Flash la dio Jakob Nielsen ya en el año 2000). Pero hay diseñadores y empresas que siguen construyendo webs, incluso tiendas online, completamente en Flash. Así que vamos a intentar que, al menos quien lea este artículo, sepa cuál es el problema y no se deje engañar.

Tesis: el diseño de sitios web completamente en Flash es un error tecnológico que causa un gran perjuicio al cliente. Excepto en un par de situaciones muy concretas (que no son su web, precisamente), es tan equivocado como hacer todas las páginas en JPG o en un applet Java (dos técnicas que se han utilizado brevemente).

Es más: si hay diseñadores que siguen haciendo webs en Flash, es por ignorancia (¿y qué clase de profesional ignora para qué sirven sus herramientas de trabajo?) o porque prefieren sacrificar el interés de su cliente a cambio de satisfacer su propio orgullo como creativos (¿y qué clase de profesional hace esto?).

Repito: Flash no sirve para construir webs, y quien lo hace no es un buen profesional. Y no es algo que se pueda discutir, los argumentos son más que sólidos – ahora vamos a verlos.

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